viernes, 21 de septiembre de 2007

Acuerdos Poliamorosos

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.

La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.

¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el
áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena
amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de
mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por
las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.

Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

JORGE LUIS BORGES.

POLIAMOR, una nueva manera de mirar y estar con el otro/ otra, una nueva forma de entender la convivencialidad en las relaciones de pareja, es decir, el desarrollo de nuestra capacidad de amar y compartir con más de una persona a la vez. Este concepto toma forma en las relaciones que conocemos como parejas o matrimonios abiertos, redes íntimas, matrimonio en grupo, polifidelidad, triadas, entre otros. En la cultura polyamor, (como algunos le llaman de acuerdo a su acepción en Ingles) el concepto de infidelidad toma otra perspectiva. Nos interesa la lealtad, la honestidad, el consenso, la horizontalidad, la colectividad, el intento de comunicarse siempre una y otra vez, en los deseos y los goces. Para quienes practicamos esta convicción de vida, la infidelidad trasciende el adulterio, palabra con la que comúnmente se le equipara, es decir, somos fieles, e intentamos dar otra resignificación a los conceptos, partiendo de nuevos análisis que nos conlleven posibilidades distintas de convivencia.

Piénsenlo, reconozcámonos, ¿alguno/a de nosotros/as somos poliamores y no hemos podido desenvolverlo, comunicárselo a nuestra o nuestras parejas? ¿Somos realmente honestos con los otros/otras y con nosotros mismos? ¿Por qué no lo proponemos y abrimos el tema con nuestra pareja, en un plano de total equidad, intentando desechar aquellos prejuicios y tabúes milenarios?

El poliamor es también un proyecto político que puede insertarse en la lucha por el reconocimiento a la diferencia y a nuestro disentir respecto a las tradicionales formas en que nos enseñaron a amar y a relacionarnos con los otros, y donde hicieron de la monogamia, el matrimonio y la heterosexualidad obligatoria, por ejemplo, premisas obligatorias, que cuando no son seguidas son motivos de persecución y señalamiento social. Nosotras, nosotras, nosotros, cuestionamos tales paradigmas y exigimos respeto a nuestra concepción del amor, basada en la libertad, la honestidad y la autonomía.

La concepción del otro y su reconocimiento es indispensable para la vida poliamorosa, por ello subvertimos las relaciones de doble moral, de mentira, de engaño a la que están tan acostumbradas las sociedades actuales.

Proclamamos el derecho a sabernos en las ganas de los otros, más allá de las formulas clásicas de convivencia, sino a través de la confianza, de la comunicación y por supuesto de la honestidad, que tanto enoja a los señores de poder, pues con la honestidad, tenemos relaciones horizontales, colectivas, de consenso, donde cuestionamos los modos en que se teje el poder y lo enfrentamos.

Por ello creemos que las primeras relaciones de poder se tejen en el ámbito de privado, a través del patriarcado, de la heterosexualidad obligatoria, del matrimonio y la monogamia obligatoria y somos rebeldes que hemos decidido vivir nuestro proyecto de vida, del modo en que nosotres decidamos.

No será posible luchar en lo público, por una sociedad justa, equitativa, y por el reconocimiento a la diferencia, si desde lo privado no se discute la organización impuesta en la que está inserta, por supuesto, todas las relaciones familiares, en los niveles que sean.

Desde hace aproximadamente cuatro años, humanos que compartimos premisas y convidamos paralelismos, nos habíamos reunido para reflexionar en torno a la no-monogamia responsable, honesta y de mutuo acuerdo. Algunos tenemos parejas abiertas, triejas, comunas, polifamilias, redes de intimidad y otro tipo de relaciones, algunos estudian el poliamor desde lo teórico sin necesariamente ejercerlo. El poliamor es un proyecto de vida abierto y que desde la disidencia se mira en muchos caminos, trabaja sobre muchísimas posibilidades.

3 comentarios:

robisel65 dijo...

que poliamor ni que la chingada es la puteria llamada de otra forma

claudia dijo...

eso es tolerancia!! ¬ ¬

Gaby dijo...

El ser humano es poliamoroso, ¿o tú no tienes la capacidad de amar a varias personas? Y no te lo planteo desde las relaciones amorosas, sino que puedes amar a tus padres, hermanos, amigos al mismo tiempo.